Avloom IV



AVLOOM IV
Así pues, te condenamos a caminar por un cielo desolado.

DATOS ASTROGRÁFICOS
Región: Borde exterior.
Sector: Skine.
Sistema: Avloom.
Estrellas: 2. Av (gigante roja) y Loom (enana blanca).
Lunas: Cinturón de asteroides.

INFORMACIÓN GEOPOLÍTICA
Tipo de entorno: Kárstico helado.
Nivel de la población: Equilibrio con el medio.
Tipo de gobierno: Teocracia feudal ithoriana (en la superficie); contrabandistas (en la órbita).
Situación actual: Bloqueo orbital permanente.
Principal fuente económicaComida (en la superficie); óleo fósil (en la estación orbital).
Autoridades: Guardia inquisitorial ithoriana (en la superficie); mercenarios (en la estación orbital).
Jerarquía sociales: Abisales (alto clero ithoriano), reptantes (científicos), vigilantes (ciudadanía básica) y ascendidos (exiliados, parias y refugiados). Orbitales (habitantes del espacio).

LA MANCHA DE LA FUERZA
Concepción de la Fuerza: Leyenda tabú (en la superficie); habladurías (población orbital).
Nivel de Lado Oscuro: 4 (emociones hostiles no exteriorizadas).
Nivel de Tentativa: 4 (manifestaciones frecuentes pero sutiles).
Origen del Lado Oscuro: El propio planeta que se niega a ser transformado en un hábitat distinto al que es por su naturaleza. Recordando que lo que yace muerto debe permanecer así, que la Fuerza no todo lo puede.

INFORMACIÓN

Avloom IV es un planeta en la linde fría de la zona de habitabilidad de Avloom, un sistema binario aislado en el sector Skine en el Borde Exterior, lejos de la Ruta de los Cinco Velos. Antaño bastaba con seguir las cartas estelares desde Farstine (Borde Medio) pasando por Skynara (Borde Exterior) para, a continuación, unirse a cualquier convoy de la flota de restauración ithoriana. Actualmente, su paradero, si bien se encuentra delimitado en algún punto del sector, se ha perdido y quienes, por mala suerte, han dado con él lo han lamentado tanto que ni el mayor de los castigos ha conseguido hacer que compartan la localización de este sistema perdido.
Avloom IV y la estación Ogun, situada sobre el anillo de asteroides, con el escudo planetario activado.

EL PROYECTO 15
La historia de Avloom IV, se remonta a las décadas previas a la gran guerra sith. Por aquel entonces se designó un  proyecto de restauración en este planeta. El sistema Avloom estaba gobernado por la acción de la fuerza gravitatoria de dos siniestros soles antagónicos. Av (la gigante roja) ocupaba apática su trono en el vacío mostrándose tímidamente aterradora tras su velo rojo carmesí fagocitado por una legión de diminutos insectos y la más absoluta indiferencia del tiempo. Loom, (la enana blanca ) rugía con la fuerza de una gran bestia que lucha para no ser devorada por su estrella vecina, los rumores hablaban del despliegue majestuoso de una nube de partículas lanzadas a velocidades cercanas a la luz, capaces de atravesar la carne, el metal y la Fuerza en si.

A diferencia de lo que ocurre en sistemas con una sola estrella, la zona de habitabilidad de Avloom oscila, por lo que las regiones limítrofes perduran más tiempo fuera de ese espacio, en el que la vida prolifera, que dentro de él.  No obstante, los datos recopilados por las primeras sondas de exploración habían resultados prometedores. A pesar de la situación de Avloom IV con respecto a sus vecinos dentro de la zona de habitabilidad, la vida, si bien escasa y bizarra, era posible. Esta se había dado en torno a las terrazas geológicas de las cuevas interiores y en lo más profundo de los numerosos orificios kilométricos que se encuentran a lo largo de la superficie del planeta, un paisaje kárstico bañado por el hielo. Esta característica tan peculiar hizo que se ganara, entre la primera remesa de restauradores planetarios, el sobrenombre de "la tumba de Utapau", por su parecido a este planeta y su notable diferencia de temperatura en la superficie.

Tras la llegada de las primeras naves, se fundaron unas nueve colonias científicas en el interior de las simas que descendían decenas de kilómetros, dejando atrás un paisaje de piedra polvorienta de color carmín, dando paso a un sistema de cuevas apiladas verticalmente por niveles. Las terrazas geológicas que se encontraban a gran profundidad permitían un clima menos hostil y los recursos eran abundantes. Durante las primeras fases del Proyecto 15 (nombre en clave que recibió por aquel entonces) se calibraron una serie de parámetros climatológicos esenciales y se procedió a incorporar especies del planeta vecino Avloom III, que si bien era habitable disponía de escasos recursos minerales con los que podría prosperar una pequeña colonia. La compatibilidad con la flora y fauna local encajó dentro de las respuestas esperadas, al estar adaptadas a las condiciones de brillo y a las propiedades comunes del resto de planetas del sistema.

EL HONDODOMO
Las estaciones de terraformación continuaron haciendo una gran labor supervisada por un alto mando de sacerdotes ithorianos, que a su vez contaban con el apoyo de un comité científico afín a la filosofía de tal proyecto. La sorpresa inesperada llegó cuando en una expedición espeleológica confirmó una teoría vagamente sopesada. Tras las gruesas capas de roca de los lagos subterráneos existía otro lugar, otra cavidad, una realidad desconocida que se extendía bajo todo el planeta. Lo llamaron el Hondodomo.

Un inmenso océano subterráneo con restos encarcelados de una era primigenia y salvaje pero que guardaba un tesoro preciado para el comercio, el Viático. Sus propiedades exóticas como combustible de larga duración y eficiencia fueron guardadas bajo secreto de sumario a fin de no llamar la atención de corporaciones sin escrúpulos tentadas de convertir este insólito planeta en una tumba asfixiada por los fuegos de la metalurgia y la tecnología.

Ilustración de la entrada al Hondodomo aportada por un agente Chiss tras interrogar a un paciente en Nathema.

EL NUEVO ORDEN SOCIAL
Si bien Avloom IV, nunca llamó la atención en el mercado financiero galáctico fue la obsesión de los propios dirigentes del proyecto en explorar el Hondodomo lo que frenó, hasta detener por completo, los avances del Proyecto 15. Los informes comenzaron a apilarse, las máquinas fueron programadas para un estado de mínimo consumo energético, las colonias de Avloom IV se aislaron entre si dando inicio a un estado de aislamiento que derivó en sociedades feudales. Los líderes espirituales de cada colonia autoproclamaron reinos independientes, cada comité científico limitó las comunicaciones con el resto de estaciones y, finalmente, la población fue segregada en estratos sociales diferenciados.

En los estratos más profundos se aglutinaban los Abisales, la cima de la jerarquía social avloomiense, lideres espirituales ithorianos. Suyo era el poder de establecer contacto con la fauna y la flora local, obtener las materias primas, regular los intercambios de bienes materiales en los estratos superiores y, en última instancia, de convocar el Inquisitorum. Este cónclave era tanto la guardia suprema como autoridad religiosa de cada reino. En él destacaba el cargo de Inquisitorial Supremo, que a su vez gobernaba por completo el feudo. Aunque esta actitud política era totalmente ajena a la civilización ithoriana, en Avloom IV encontró una prueba fehaciente de su existencia, a través de un frágil equilibrio en el que la paz requería de una condición global de aparente guerra fría.

Un poco más arriba, sin tener un acceso garantizado de facto al Hondodomo, se encontraban los Reptantes, científicos de distintas especies que habían mostrado su simpatía con el nuevo orden social. Conocedores del lenguaje de las máquinas, se vieron sorprendidos cuando los líderes espirituales dieron la espalda a su fe en las viejas costumbres. Este viraje fue recibido con un efímero júbilo por parte de esta nueva casta de industriales. Bajo la difusa amenaza que hablaba acerca de un mal que no podían ni imaginar, cooperaron en la implantación y mantenimiento de un sistema que les concedía la plena ocupación del sector industrial y enormes privilegios. Refugios subterráneos, laboratorios de genética, secciones aclimatadas y, tal vez lo más esencial, suministros prácticamente ilimitados.

Niveles del Feudo 7. A mayor profundidad disminuye la presencia tecnológica.

En los estratos superiores de las terrazas cavernosas se amontonaban los Vigilantes, un amplio abanico de ciudadanía corriente con acceso a cartillas de racionamiento y suministros básicos. Eran despreciados por los círculos inferiores, aunque las condiciones variaban según el reino. Su función principal era generar servicios para satisfacer las necesidades del feudo a través de servicios médicos, el ocio, la educación y el comercio bajo un sistema de supervisión planificada. Más arriba, casi en la superficie del planeta, se amontonaban refugiados, viajeros, parias y  habitantes condenados al exilio. Su situación estaba marcada por la escasez de medios materiales y por la lejanía a cualquier resultado del proceso de restauración planetaria. Solo en contadas ocasiones se condenó al exilio más allá del último nivel superior. Ya que las ejecuciones estaban terminantemente prohibidas, esto constituía una forma eficaz de sentencia de muerte, aunque rara vez se llegó a emitir un edicto así.

Lo más sorprendente de todo este sistema es que, pese a su carácter dictatorial, era ejercido en la práctica con una clara demostración de buenas intenciones que los actos de rebelión no pasaban mas allá de una mera discusión formal y civilizada. La filosofía de vida ithoriana había ido más allá y consiguió implantarse creando una cultura social basada en un autoritarismo moral benevolente.

UN MENSAJE INESPERADO 
Con el Proyecto 15 detenido, y dada la lejanía con el resto de mundos y rutas comerciales, se perdió todo tipo de interés en la existencia de Avloom IV. Su población, ya establecida, creció totalmente ajena a la situación galáctica. No fue hasta las décadas de conflictos posteriores, cuando sus cielos fueron testigos indiferentes de una batalla espacial entre flotas de naves en retirada. Un frente abierto  entre una flota de contrabandistas y naves de guerra republicanas y de los sith. Tras la batalla, los supervivientes comenzaron a recuperar todos los restos de chatarra para intentar enviar una señal de socorro al sistema más cercano. Como no hubo respuesta y la situación era determinante, dejaron a un lado sus diferencias e iniciaron la construcción de una estación orbital con los restos de los buques insignia maltrechos. Con escasos medios, los contrabandistas descendieron a las selvas de Avloom III y consiguieron los suficientes alimentos que, posteriormente, mediante técnicas avanzadas de científicos de la república y el imperio sith, lograron secuenciar para producir en cierta cantidad. Los esfuerzos combinados de esta alianza frágil dio lugar a la construcción de la estación orbital Ogun.

Una vez sus vidas se habían asentados entre las paredes de Ogun, recibieron una respuesta de donde menos esperaban. La misteriosa señal de radio procedía de las profundidades de Avloom IV. Querían ofrecerles un trato, los Abisales les daban el Viático en pequeñas cantidades y a cambio pedían especies de Avloom III para propósitos confidenciales.

UN TREMENDO FIASCO
Aunque parecía el tipo de acuerdo para salir de aquel sistema, la primera negociación resultó ser un fracaso. La triple alianza entre los sith, la república y los contrabandistas se presentó ante aquella extraña señal enviada en una frecuencia anómala como El Triunvirato. Tras un intenso debate y fijar el protocolo de actuación para un primer contacto enviaron sondas a explorar Avloom IV. Lo que ocurrió a continuación no siguió la línea habitual de la diplomacia ithoriana. Habían perfeccionado su juego hasta un nivel insospechado. Los ithorianos incapacitaron todas las frecuencias de entrada y salida, no solo en la órbita de Avloom IV, sino en todo el sistema. Tras perder aquellas sondas, los contrabandistas bombardearon con viejas ojivas de misiles el cinturón de asteroides. El propósito de esta maniobra era causar un fenómeno que no pudieran ocultar quienes estuvieran viviendo allí abajo y forzar un contacto. No obstante, una enjambre de drones comandados desde distintos feudos lograron atraer a las criaturas que recorren la corona solar de Av para destruir los misiles y alterar con ello la violentad actividad de este astro inestable. Varios fragmentos del cinturón de asteroides salieron despedidos y alcanzaron la superficie de Avloom IV. A pesar de ello, los avloomienses se negaron a establecer contacto.

Operario raso del Triunvirato. Armadura de diseño sith, colores de la república y material de contrabando.

Tras ello, la inteligencia sith propuso emplear un dispositivo para proyectar un mensaje visual sobre las nubes de Avloom IV. Los nueve feudos enviaron una señal, estaban dispuestos a contactar. No obstante, la república y los contrabandistas optaron por la mayor precaución y enviaron una pequeña nave no tripulada, que fue destruida al aterrizar. No se había derramado ni una sola gota de sangre y sin embargo las pérdidas materiales de este conflicto se contaban por miles al cabo de los meses. El temperamento amable y servicial habían dado un salto hacia la rectitud y la cordialidad, orientadas hacia la consecución de intereses egoístas nada accesibles al entendimiento.

Al final, el Triunvirato optó por aplicar, desde la estacion Ogun, un bloqueo orbital permanente. Para ello se llevó a cabo la construcción de un escudo planetario desde la órbita, con el objetivo de evitar  cualquier tipo de sabotaje por parte de la desconocida población de Avloom IV. Los meses pasaron a ser años y los años en décadas de convivencia en las que establecieron colonias en Avloom III desde donde obtenían los recursos necesarios para mantener aquella estación. Sin embargo, los depósitos de combustible eran escasos en aquel planeta y repostar aprovechando la energía de los dos soles era, ante todo pronóstico, un invitación a una muerte terrible y silenciosa.

Nunca se supo cuál fue el desenlace de aquella contienda diplomática hostil, hoy solo quedan los rumores de quienes traicionando todo compromiso, huyeron de aquel sistema trastocados por la noción de un planeta que nació olvidado y murió rechazado. Aunque la mayoría de las hipótesis parecen asegurar que, de seguir existiendo dicho sistema, fue un tremendo fiasco.

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